viernes, 7 de enero de 2011

EL HOMBRE DEL CASINO

En una esquina...
La Opinión de Tenerife, elblogoferoz y El digital de Canarias.com publicaron mi artículo "EL HOMBRE DEL CASINO".
La voz de los que no tienen voz.
Espero que les guste.


Está siempre en la pared debajo de la entrada del Casino de Santa Cruz. En plena Plaza de la Candelaria. En el centro de Santa Cruz de Tenerife.
Es hombre. Tiene barba. No sé qué come, cuándo come y cómo puede sobrevivir. ¿Cuándo y dónde se baña?
Está siempre solo. Nadie le ayuda. Nadie se compadece de él. No pide a nadie tampoco.
Está siempre arropado por una manta vieja. Tiene su cuerpo atravesado por tornillos, imagino consecuencia de varias operaciones médicas.
¿Cómo se puede soportar tanto sufrimiento? ¿Y su familia? ¿Y sus amigos? Está solo de verdadera y humillante soledad.
Sea primavera, verano, otoño o invierno allí está. Impasible. Con mirada fría y lejana. Haga calor, muchísimo calor, viento, frío o lluvia su cuerpo sigue en esa esquina.
¿Qué pensará? ¿Qué sentirá? ¿Querrá vivir?
Cada vez que paso por esa esquina de la Plaza de la Candelaria me pregunto: ¿Lo veré mañana? ¿Y la próxima semana? ¿Y el próximo mes?
¿Existe la compasión humana?
¿Cómo habrá sido su infancia? ¿Y su juventud? ¿Y su madurez?
¿Dónde habrá nacido? ¿Y vivido?
¿Por qué ha llegado a esta situación?
¿Trabajó? ¿Dónde?
¿Su deterioro físico a qué se ha debido?
¿Qué le ha impulsado a “elegir” esa esquina, precisamente esa esquina?
¿Cuánto tiempo llevará en esa desgraciada e insultante situación?
¿Alguien habrá hablado alguna vez con él?
Situación aberrante, desesperante, indignante.
En pleno siglo XXI, el siglo de la erradicación de las enfermedades…y de la pobreza.
El siglo de la Tecnología de las Comunicaciones. De la Sociedad de la Información. De la noticia al instante.
Y de la Tecnología de los Alimentos.
Pero las miserias humanas siguen existiendo desde tiempos inmemoriales.
¿Somos todos insensibles?
¿Mejorará algún día su situación?
¿Qué desgraciada vida? O, tal vez, ¿hubo algún tiempo pasado que fue mejor?
¿Recibió cariño alguna vez? ¿Tuvo amigos? ¿Compañera? ¿Hijos?
Desde luego, si una palabra se puede decir es la de Desasosiego.
La voz muda de los sin voz. O la imagen no invisible.
Espero volver a verlo…


http://www.elblogoferoz.com/post/2010/10/17/OPINION-El-hombre-del-Casino-Por-Jesus-Pedreira-Calamita.aspx

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